EL AMOR ENTRE HERMANOS
“Para que os conceda conforme a las riquezas de su gloria, que seáis fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis fuertes para comprender con todos los santos cuál es la amplitud y la longitud, la altura y la profundidad, para conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. (Efesios 3:16-19). Somos las ramas y Él es la Vid, estamos unidos por la Vida de Él, no por nada nuestro, nuestra unión no depende de nosotros, nuestra unión viene por Su Espíritu habitando en cada uno de nuestros corazones. Como escribió Wayne Jacobsen: “La vida del cuerpo no es algo que puedas crear. Es un regalo que el Padre da a medida que las personas crecen en su vida”. Donde dos o tres están reunidos en Su nombre, ahí está representado el cuerpo del Señor. Pero, lamentablemente la Iglesia perdió el sello de familia, ahora es algo, es un lugar, una denominación, una parroquia más