GOTAS DE LLUVIA - QUE MI GRACIA SEA SUFICIENTE PARA TI Por Adriana Patricia
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia…” 2 Corintios 12: 9 Aquella mañana cuando mis piernas fallaron y no podía moverlas, me senté en el borde de mi cama llorando, tratando de agarrar algo del piso que se me había caído, en ese momento oí la voz del Señor a mi corazón que me dijo: “Que mi Gracia sea suficiente para ti”. Días atrás había recibido la noticia que mi columna tendría solo 15 años de vida útil, el médico lo dijo mirando mi resonancia magnética, en ese instante no pude contener mis lágrimas frente a él. Tenía 39 años, haciendo cuentas, a los 54 años iba a estar, según él, en una silla de ruedas. Desde niña había dedicado mi vida a Cristo, desde mis diez años comencé en la infancia misionera y la idea de una silla de ruedas era algo impensable para mí, ya había perdido mucho y también iba perder la posibilidad de caminar, de defenderme por mí misma y quizás postrada en una cama. ¿Cómo iba servirle a Cristo lo que me faltara de años desde una silla de ruedas? ¿Có