EUNUCOS PARA EL REY Por Adriana Patricia


Foto tomada de www.pinterest.com

EUNUCOS PARA EL REY

En estos días estuve afectada por mis dolencias osteomusculares y cada vez que el Señor permite esto en mi vida, sé que algo quiere enseñarme y necesita dejarme quieta por un buen rato. El Señor me llevó a meditar acerca de la vida de varios siervos de Dios, entre estos, Daniel en Babilonia. 

Se cree que cuando Daniel llegó a Babilonia era un adolescente, más o menos de 14 años, así que, el resto de su vida la vivió lejos de su nación. No se tiene la certeza en donde y cuando murió, se cree que en Mesopotamia, porque ya estaba muy viejo para volver a su tierra; sin embargo, podemos tener la seguridad que envejeció en tierra extranjera y que llegó siendo cautivo. 

El pueblo de Dios había sido advertido por el Señor a través de Sus profetas del inminente cautiverio debido a su degradación y a la dureza de su corazón ante el Señor; por lo tanto, Jerusalén fue destruida y la mayoría fueron llevados cautivos a Babilonia, dejando solo los pobres del pueblo (ver 2 Reyes 24:14). Cumpliéndose así la palabra que el Señor le había dado al rey Ezequías:

“He aquí, vienes días, en que todo lo que hay en tu casa, sea llevado a Babilonia, y todo lo que tus padres han guardado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR. De tus hijos, que hubieren salido de ti, y que engendraste, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia” Isaías 39: 6 - 7 

Ellos fueron llevados cautivos a un lugar donde se adoraban ídolos. El pueblo de Dios volvió de regreso al lugar original donde se adoraban ídolos y el lugar en el que Abraham fue llamado a salir hacia la tierra de Canaán (ver Josué 24: 2 – 3, Génesis 10:10, 11:2, 9, 28 y 31). 

“¡Una sequía en sus aguas, y se secarán! 
Porque es una tierra de ídolos [sin valor], 
y están enojados por ídolos temibles [aquellos objetos de terror en los que confían tontamente]”. Jeremías 50:38 (Versión AMP) 

Y el cumplimiento de la profecía de Isaías se inició cuando Daniel y algunos hijos reales fueron llevados a Babilonia para servir al rey, junto con los vasos del templo del Señor, para el uso del templo pagano de Babilonia (ver 2 Crónicas 36: 6 – 7). Esto me parece terrible, cierro mis ojos y me imagino la escena escalofriante, esto no fue una cosa fácil, esto debió haber sido espantoso, aunque habían sido advertidos, no obstante, del dicho al hecho hay mucho trecho, como dice el refrán. 

Daniel era del linaje de los príncipes, no era cualquiera, él no era del vulgo, era de la familia real. 

“Y dijo el rey a Aspenaz, príncipe de sus eunucos, que trajera de los hijos de Israel, del linaje de los príncipes, muchachos en quienes no hubiera tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, y que tuvieran fuerzas para estar en el palacio del rey; y que les enseñara las letras y la lengua de los caldeos” Daniel 1: 3 – 4 

Daniel y sus amigos eran lo mejor del pueblo de Dios, jóvenes consagrados al Señor, que por hacer parte de un pueblo rebelde, vinieron a pagar los platos rotos de algo que ellos no habían hecho, porque en ningún lugar de Las Escrituras se nos dice que ellos hubieran cometido algún pecado contra el Señor. 

Estos jóvenes fueron llevados para aprender la lengua y la ciencia de los caldeos. Caldea en el original quiere decir “mago o astrólogo profesional”, es decir, que a estos jóvenes les dieron clases de magia. Ellos estaban en medio de un mundo lleno de hechizos, de espiritismo, de talismanes (se colgaban en el cuello figuras de madera de sus deidades, ¿a qué se nos parece?) y demás cosas abominables. Los babilonios fueron un pueblo altamente agresivo. Estaban capacitados en la ciencia de la astronomía, como en la pseudociencia de la astrología. Calcularon correctamente la duración de un año y eran meticulosos con el estudio del movimiento celestial. 

A estos jóvenes los pusieron bajo el mando de un oficial del rey que tenía el cuidado de los “Eunucos”. 

Partamos de que Eunuco tanto en el hebreo sarís como en el griego eunoujízo significa castrar. Eunuco es un hombre que ha sido castrado, es decir, que se le quita la posibilidad de engendrar hijos. 

En Isaías 39 el Señor decreta a Ezequías rey de Judá que sus hijos serían llevados cautivos y los harían eunucos en la tierra de Babilonia. 

Entonces puede deducirse que estos jóvenes fueron castrados quitándoles la posibilidad de tener hijos, porque esta era la norma con los que servían directamente al rey; sin embargo, Dios permitió esto para preservarlos de toda la desviación sexual que sucede dentro de estos templos paganos y de toda esta religión pagana, porque es bien sabido que en todo el paganismo se involucra la perversión sexual a su máxima potencia. 

Lo que en su momento pudo ser una maldición para estos adolescentes, el Señor la convirtió en una bendición y en una preservación para estos jóvenes dedicados al Señor. El Señor es experto en cambiar toda maldición en bendición, en el momento no lo entendemos, pero con el paso del tiempo y a través de la revelación de Dios podemos ir entendiendo los caminos misteriosos del Señor en todas la circunstancias, aun si estas circunstancias fueron dadas por nuestra desobediencia, este cautiverio habría podido evitarse si el pueblo de Dios se hubiera arrepentido y hubiera doblegado su corazón al Señor. 

Póngase por un instante en el lugar de Daniel, póngase en sus zapatos por un momento y piense en lo que él vivió, no solo era cautivo y tenía que vivir con gente completamente desconocida, era gente de otro pueblo y además bien pagano, tenía que vivir con personas que no temían el nombre del Señor, tenía que aprender el arte de la magia y del espiritismo y para completar el asunto, fue castrado, le quitaron la posibilidad de engendrar hijos. 

Esta prueba para Daniel no era cosa fácil, sin embargo, Dios siempre se glorifica en todas las circunstancias, aun en las más adversas. Sabemos todo lo que el Señor cuidó a Daniel, la manera como lo usó y todo lo que el Señor le reveló, su corazón no se dividió a pesar de todas las grandes cosas que alcanzó en ese lugar y de todo el renombre que obtuvo, su corazón fue totalmente para el Señor, se consagró para Dios de forma absoluta y no se contaminó; no obstante, al principio no debió ser nada fácil, quedó estéril. 

No sabemos a ciencia cierta cómo fue la castración, si fue parcial o total, porque en algunos casos el miembro viril era quitado, en otros solo eran extirpados los testículos y en otros casos se mutilaba completamente tanto el miembro viril como los testículos; en todo caso, debió haber sido algo muy doloroso, no solo físicamente, sino más en su corazón. Pido perdón a mis lectores por ser tan explícita, pero quiero mostrar la crudeza de esta situación y no hay otra manera de decirlo. 

Este hecho es un punto ciego en la historia de Daniel, el Señor omitió muchos datos, se infiere que fue eunuco por lo que leemos, además que no se nos da ningún detalle de los descendientes de Daniel ni se nos habla de su esposa, esos pormenores el Señor no los cuenta, porque para Dios fue más importante la revelación que Él le dio a Daniel, para el Señor es más importante lo que Él puede hacer en una vida. Que el Señor nos enseñe a respetar la intimidad de los demás y ocuparnos de los detalles que verdaderamente al Señor le interesan. 

Ezequías fue necio en su corazón y esto hizo que el Señor decretara este juicio y esto alcanzó a Daniel y a sus amigos. Hermanos, tomemos nota de esto, todo lo que hagamos individualmente tiene consecuencias a nivel corporativo, nuestros actos individuales afectan el Cuerpo entero de Cristo. Que el Señor escriba esto en nuestros corazones y nos ayude. 

Dios le dio a Daniel Su fuerza y Su Gracia para superar esta gran prueba, para trascenderla, su intimidad con el Señor fue su fortaleza, su comunión con el Señor llegó a ser el tesoro más grande en su vida. Todas las revelaciones que el Señor le dio a Daniel surgieron de una relación directa con Dios, el corazón de Daniel fue un corazón que se rindió por completo al Señor, fue fiel a Él y decidió no contaminarse con la comida del rey. 

Pero, no estoy diciendo que le toque querido lector ser castrado físicamente para obtener este tipo de relación con el Señor, no se asuste querido caballero soltero que está esperando en Dios por su esposa; no obstante, hay algo en lo cual si tenemos que ser castrados y es en el control de la carne en nuestras vidas, el viejo hombre debe ser mutilado por completo. Debemos ser eunucos en la fuerza de nuestra propia vida y de nuestra voluntad. 

Lo primero que Daniel y sus amigos hicieron fue determinar no contaminarse con la comida del rey, porque era ofrecida a los ídolos. La primera tentación tuvo que ver con la comida, Eva comió y dio a su marido, esto tiene que ver con el conocimiento del bien y del mal, y estos jóvenes rehusaron contaminarse con el árbol del conocimiento del bien y del mal. Ellos comieron legumbres que simbolizan el alimento de Dios, ellos comieron del Árbol de la Vida y tomaron agua, que simboliza la Vida de Dios. 

Algunos estudiosos creen que este manjar patbág en el hebreo, no se trata de carne, más bien era un producto de pan amasado hecho de cebada y trigo y acompañado de vino. Está el vino que representa la Vida del Señor, pero como este vino estaba ofrecido a sus ídolos, representa la vida del hombre natural. El gobierno Babilonio ejercía mucho dominio sobre las vidas de ellos y participar de su comida era ser leales a su rey, además que estos alimentos eran ofrecidos a los dioses antes de ser repartidos. 

La palabra para legumbre aquí en el hebreo es zéra, que es semilla, es decir que se utilizaba para alimentar animales o para plantar. Esa palabra en el hebreo no se refiere a comida para humanos. Legumbre como alimento para humano es zeraón y esta no es la palabra que se utilizó en el versículo 12 de Daniel 1. 

Comer la comida del rey no significaba que se les diera manjares, sino que se les proveía de acuerdo al presupuesto real. Cuando nos alimentamos de las doctrinas de los hombres y no de la comida que proviene del Señor, estamos alimentando nuestra propia vida. 

El Señor es nuestro alimento, Él es la comida y bebida que necesitamos, dependemos del Señor para nuestro alimento espiritual. Dios tenía que cortar todo lo que dependiera del sistema de Babilonia, Dios tenía que guardarlos a ellos y ellos se consagraron al Señor al no comer del conocimiento del bien y del mal. 

Ellos fueron castrados no solo físicamente, sino de todo el dominio del paganismo en su vida, de su carne, del mundo y hasta del mismo diablo. Dios debe cortar en nosotros la dependencia del mundo, el control de la carne, nuestra vida natural debe ser castrada y esto es un proceso doloroso, nuestra voluntad debe ser mutilada por completo. Todo lo que procede de nuestra carne es muerte, todo lo que proviene de la Vida de Dios es Vida abundante, es decir, es otra calidad de Vida. La vida de nuestra alma debe ser castrada por completo para recibir la Vida de Dios. 

El rey de Babilonia les cambió sus nombres, todos indicaban que ellos pertenecían al Señor y le puso nombres que los identificaban con ídolos. Daniel “Dios es mi juez”, pasó a ser Beltsasar “predilecto de Bel”; Ananías “Favorecido del Señor”, pasó a ser Sadrac “Iluminado por el dios del sol”; Misael “¿Quién es lo que Dios es?”, pasó a ser Mesac “¿Quién puede ser como la diosa Sac”; Azarías “El Señor ha ayudado”, pasó a ser Abed-nego “fiel siervo de Nego, dios del fuego”. Pero, a pesar de esto, ellos decidieron que Su Dios seguiría siendo el Señor, su consagración fue absoluta. 

Las mayores revelaciones del Señor a la vida de Daniel fueron en medio de un mundo pagano, siendo eunuco al servicio de un rey pagano, restringido y cautivo en un lugar que no era su pueblo. 

El Señor nos cautiva para Él y nos tiene que restringir de muchas formas, nos encierra de muchas maneras para aniquilar nuestra voluntad. Ser eunucos para el Señor significa que ya no vivimos nosotros, ya no vivimos para alimentar nuestra carne, vivimos por la Vida de Dios habitando en nuestro espíritu, seguir viviendo en nuestra propia vida es una aberración espiritual. Todo lo que proviene de nosotros nunca engendrará vida, es estéril, solo lo que proviene del Señor es Vida. Ellos recibieron la palabra limpia del Señor, comieron de la semilla de Vida del Señor, bebieron de la fuente de Agua dulce que salta para Vida Eterna. 

"Pero el que beba el agua que yo le doy, nunca volverá a tener sed. Pero el agua que le doy se convertirá en él en un manantial de agua [que satisface su sed de Dios] que brota [fluye continuamente, burbujea dentro de él] hacia la vida eterna”. Juan 4:14 (Versión AMP). 

Quizás el Señor a usted lo tiene encerrado en muchas circunstancias incómodas, situaciones que posiblemente usted evadiría si pudiera, pero es allí mismo donde Dios le va a hacer Sus grandes revelaciones, es allí donde usted podrá conocerlo mucho más, donde el Señor podrá formar a Cristo dentro de usted. Es allí en donde su consagración será real si se decide por Dios y decide no contaminarse con lo que le ofrece su propia vida, con las doctrinas de los hombres y con el sistema de este mundo. 

Tal vez usted tiene en casa un hijo enfermo o rebelde, un esposo o una esposa insoportable, unos padres difíciles, un trabajo que no le gusta y no le trae satisfacción, vive en un lugar que no es de su agrado, su situación económica está limitada, puede ser que está impedido por una enfermedad o por alguna dolencia en particular, tiene problemas con su familia, tiene crisis mentales y muchas cosas más. Probablemente esta sea la forma como Dios lo está castrando de su propia vida, para que no meta su mano en los propósitos de Dios, el Señor lo está llevando a depender solo de Él y de la vida de Cristo en usted. Ay mis hermanos, Dios se vale de todo para hacernos sus eunucos, dedicados al servicio de nuestro Rey y Señor, Él tiene Sus derechos sobre nuestra vida y si nos hemos consagrado a Él, el precio es alto, pero la ganancia es mayor. 

Estamos en medio de un mundo impío, pecador y pagano, restringidos por todo lados, pero sabiendo que nuestra recompensa no está en este mundo. Permitirle al Señor castrarnos de nuestra propia voluntad no debe ser un suplicio, sino más bien un gozo, perderlo todo por alcanzar una sola cosa, alcanzarlo a Él. Allí donde usted está, Dios se puede glorificar como lo hizo en la vida de Daniel, allí en ese lugar podemos glorificar al Señor y darle honra, podemos encontrar el propósito de Dios para nuestras vidas. 

Al final Daniel encontró el propósito de Dios para su vida en medio de ese lugar. Dios nunca nos llevará a otra parte o a otra circunstancia hasta que no seamos fieles en el sitio o en la circunstancia donde Dios nos ha puesto, eso es vivir castrados para Dios, eso es ser eunucos para el Rey. 

Allí donde usted está Dios podrá usarlo de manera única como quizá nunca podría hacerlo en otro lugar o en otras circunstancias, si tan solo dejamos de ocuparnos de nosotros mismos y nos ocupamos del Señor, podríamos recibir todas las revelaciones de Cristo en nuestro interior que Su Espíritu quiere revelarnos. Lo que tenemos de Dios aquí y ahora es lo que debe gobernar por completo nuestra vida, Daniel se dejo gobernar por el Señor a pesar de toda la contaminación e inmundicia a su alrededor, y Dios lo respaldó y lo usó grandemente, su corazón nunca se dividió por la fama que pudo alcanzar y por las hazañas que pudo realizar. Abandonarnos al Señor sin reservas debe ser nuestra obsesión y al final tendremos el fruto que el Señor desea obtener de nosotros. Debemos ser fieles a Dios en los lugares y en las circunstancias a donde Él nos ha llevado. 

Tenemos que tomar la decisión de no contaminarnos con lo que nuestra carne nos ofrece, tenemos que dejar que el Señor quebrante los ídolos de nuestro corazón y desangre nuestra propia vida. Todo debe salir de Dios, porque todo lo que nazca del hombre natural es corrupción. El llamado del Señor para nosotros es que vivimos sin contaminarnos, que nos dejemos castrar el corazón para que el Señor nos otorgue Su corazón, que vivamos incorruptiblemente en un mundo corrupto. Entre más nos ocupemos del Señor, menos aprecio tendremos por las cosas de este mundo, sus placeres nos serán indiferentes. 

El enemigo había podido seducir a Daniel y a sus amigos, pero su compromiso con el Señor fue real, su decisión fue absoluta, que nuestra decisión sea vivir de continúo en la presencia del Señor y estar lejos de todo lo que el enemigo nos presenta para apartarnos muy sigilosamente. 

Que Dios nos permita ver la bendición de ser castrados de nuestra propia vida y de vivir como eunucos para nuestro Rey. 

Al final tendremos nuestra recompensa: 

Y no permitan que los eunucos digan:
“Soy un árbol seco, sin hijos y sin futuro”.
4 Pues esto dice el Señor:
Bendeciré a los eunucos
que guardan como santos mis días de descanso,
que deciden hacer lo que a mí me agrada
y me entregan su vida.
5 Les daré —dentro de las paredes de mi casa—
un recordatorio y un nombre,
mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles.
Pues el nombre que les doy es eterno,
¡nunca desaparecerá! Isaías 56: 3 – 5 (Versión NTV)

Comentarios

  1. Adri... Qué bendición de reflexión! Saludos y que Dios te bwndiga!

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    1. Saludos para ti también, pero ¿quién eres?. Muy pocas personas me dicen Adri, así que, debo conocerte.

      Me alegra que haya sido de bendición a tu vida, como lo fue a la mía. Que el Señor cada día nos lleve a vivir como eunucos para Él, separados para hacer Su voluntad, donde quiera que el Señor nos lleve.

      Dios te acompañe.



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  2. !Amén! Qué seamos Eunucos para el Rey, para vivir para Su contentamiento, para Su Gloria.

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    1. Amén, que así sea, que el Señor nos ayude y nos dé Su fuerza para amarlo y seguirlo a pesar de todo lo que nos rodea. Que nuestro deseo sea solo satisfacer el corazón de Dios, a pesar del costo. Un abrazo Rafa.

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  3. Dios te bendiga grandemente por este estudio,solo falta poder ponerlo por obra es muy difícil pero para Dios todo es posible

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    1. Sí, no es fácil, pero como tú mismo dices, solo el Señor puede hacerlo real en nosotros, a Su manera y en Su tiempo, y es mejor que Él lo haga, no intentarlo nosotros a nuestra manera. Un abrazo fraternal. Dios te guarde José.

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