TODO TIENE SU HORA Por Adriana Patricia
Foto tomada Manuel Alejandro - (Honda - Tolima)
“Entonces
procuraban prenderle; más ninguno puso en él mano, PORQUE AÚN NO HABÍA VENIDO SU HORA” Juan 7:30
En varias ocasiones
Jesús les dijo a los fariseos que querían echar mano de Él, “que aún no había venido Su hora”.
Muchas fueron las
veces que el Señor pronunció estas palabras. El Señor sabía exactamente cuando
era Su hora, porque el Padre se lo había revelado. Jesús nunca hizo lo que su
carne o sus emociones le dictaban, nunca agradó ni complació a nadie, solo el
Padre tenía el lugar único para ser complacido y agradado en todas las cosas. El
Señor no estaba afanado por hacer nada fuera de tiempo, Jesús caminaba en la
quietud del Espíritu y cuando era movido por el Padre.
Esto me ha costado aprenderlo con lágrimas, nada sucede por voluntad propia, todo
tiene un tiempo en las manos del Señor. Morir a nuestra prisa y a nuestros
tiempos no es nada fácil. Nuestros afanes solo generan Ismaeles que son grandes
equivocaciones y estorbos en el camino del Propósito del Señor.
En mi caso, soy
muy afanada por naturaleza, lo confieso, siempre quiero ver el final de la película,
quiero adelantarla para ver cómo será el desenlace, me produce ansiedad no
saber cómo resultará todo; me gusta comer el dulce antes de lo salado, me gusta
adelantarme a los hechos y hablar antes de tiempo, cuando alguien me cuenta
algo, quiero que me diga el final de la historia y no se detenga en los
detalles, siempre la prisa ha sido mi talón de Aquiles. Espero que en algo se identifique conmigo, querido lector.
Pero el Señor se ha apiadado
de mí y ha tratado conmigo una y otra vez esta área. A veces son los demás los que nos quieren afanar, la gente en ocasiones nos presiona a hacer algo porque ellos creen que esa
es la voluntad de Dios; sin embargo, el Señor nos enseña en este pasaje que
todo tiene una hora y un momento en los tiempos de Dios. El Señor nos quiere enseñar a esperar la hora
y el día de Él. Todo tiene su hora
es Su enseñanza hoy, solo nos queda rendirnos a la hora exacta de Dios, así nos
parezca que Él se está tardando o que se le olvidó el asunto.
El Señor quiere
perfeccionar Su paciencia en nosotros, el Señor nos dará la fuerza para morir a
nuestras prisas, a nuestros tiempos y a nuestras impaciencias, debemos aprender a
hacer todo conforme a Su voluntad y a Sus tiempos y no a los nuestros ni al de
los demás. La demora del Señor en un asunto, muchas veces es un llamado de
atención por parte de Él para que aprendamos la dulce espera. Como aquella
madre que aguarda nueve meses para ver a su pequeño bebé. Todas las profecías de Jesús
se cumplieron en el momento exacto, no antes.
Que el Señor haga
vida esta palabra en nosotros y la grabé en nuestro corazón, “todo tiene su
hora”. Todo se da, todo se apareja, todo
obra en Su hora, no antes ni después.
Dios controla los tiempos
y movimientos del universo, así mismo controla los hilos de nuestro pequeño cosmos
de existencia.
Que el Señor haga
vida en nosotros esta gloriosa verdad y nos enseñe a esperar Su hora. Amén.
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