“Y tomó Raquel los ídolos, y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y tentó Labán toda la tienda y no los halló. Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; porque tengo la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos” Génesis 31: 34 - 35. Esta era la amada de Jacob, escogida por él según su preferencia natural, sin embargo, era pagana e idólatra. Esto me llevó a reflexionar acerca de todas aquellas cosas que escondemos debajo de nuestras faldas, en el fondo de nuestros corazones; ídolos que reemplazan el lugar que solo le pertenece al Señor, actividades diarias que son idolatría pero las etiquetamos como espirituales, prácticas paganas maquilladas como cristianas, pero con el sello de babilonia impreso. Raquel fue asolapada y estaba aferrada a sus ídolos y por esto los escondió, ella representa a la asolapada de nuestra carne, ella (la carne) es y será siempre abominable al Señor y u
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