DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL Por A.W. Tozer

Una de las necesidades más apremiantes como hijos de Dios, es el discernimiento. Es lamentable que muchos creyentes no saben discernir su mano derecha de su mano izquierda. Necesitamos urgentemente de la Luz de Cristo para conocer la voluntad de Dios en todos los asuntos de la vida y en los asuntos espirituales. Dios debe desarraigar todo ídolo, toda corrupción de nuestro corazón, para que podamos escuchar la voz de Dios y discernir lo que el Señor quiere darnos a conocer, es muy triste ver la cantidad de creyentes sin discernimiento y que son llevados por toda clase de mezclas que desagradan y entristecen el corazón de Dios. Dice Proverbios 2 Biblia del Jubileo (2000):
1 Hijo mío, si tomares mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,
haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la inteligencia;
si clamares por entendimiento, y a la inteligencia dieres tu voz;
si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros;
entonces entenderás el temor del SEÑOR, y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque el SEÑOR da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,
guardando las veredas del juicio, y el camino de sus misericordiosos.
Entonces entenderás justicia, juicio, y equidad, y todo buen camino.
10 ¶ Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere dulce a tu alma,
11 el consejo te guardará, te preservará la inteligencia,
12 para librarte del mal camino, del hombre que habla perversidades;
13 que dejan las veredas derechas, por andar por caminos tenebrosos;
14 que se alegran haciendo mal, que se huelgan en malas perversidades;
15 cuyas veredas son torcidas, y ellos torcidos en sus caminos.
16 Para librarte de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras;
17 que desampara el príncipe de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios.
18 Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas van hacia los muertos.
19 Todos los que a ella entraren, no volverán, ni tomarán las veredas de la vida.
20 Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las veredas de los justos.
21 Porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella;
22 mas los impíos serán cortados de la tierra, y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

Esta mujer extraña del versículo 16, representa a un corrupto sistema político, económico y religioso que lamentablemente ha cautivado a una parte de la Iglesia de Cristo y se han mezclado con ella para fornicar. 

Que el Señor nos ayude en esta hora y nos otorgue la Gracia para estar firmes en Él y nos dé urgentemente discernimiento. 




DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL, NUESTRA NECESIDAD MÁS CRÍTICA
Por A. W. Tozer 

Cuando contemplamos la escena religiosa de nuestros días, nos sentimos tentados a fijarnos en uno u otro fallo, y decir: "Esto es lo que va mal con la iglesia. Si esto se corrigiera, retomaríamos la gloria de la iglesia primitiva y volveríamos a gozar de tiempos pentecostales". 

Esta tendencia a la excesiva simplificación es ella misma una debilidad, y deberíamos guardarnos en contra de ella, especialmente al tratar algo tan complejo como la religión tal como se manifiesta en la actualidad. Se precisa de un hombre muy joven para reducir todos nuestros actuales males a una sola enfermedad y para intentar sanarlo todo con un solo remedio. Cabezas más viejas y sabias serán más avisadas, habiendo aprendido que la panacea prescrita raras veces va bien, por la sencilla razón de que el diagnóstico no ha sido correcto. No hay nada así de sencillo. Pocas enfermedades espirituales aparecen solas. Casi todas vienen complicadas por la presencia de otras, y están vitalmente interrelacionadas al extenderse por todo el cuerpo religioso, que se precisaría de la sabiduría de un Salomón para encontrar una cura simple. 

Por esta razón, siento vacilaciones en cuanto a observar algún defecto en la actual cristiandad y derivar todos nuestros problemas de este solo defecto. El hecho de que la llamada religión bíblica está sufriendo en nuestro tiempo un rápido declive es tan evidente que no necesita de prueba alguna, pero saber precisamente qué es lo que ha provocado este declive no es tan fácil de descubrir. Sólo puedo decir que he observado una carencia significativa entre cristianos evangélicos que podría resultar ser la verdadera causa de la mayor parte de nuestros problemas espirituales. Naturalmente, si ello fuera cierto, suplir esta falta sería nuestra necesidad más crítica. 

La gran deficiencia a la que me refiero es la falta de discernimiento espiritual, especialmente entre nuestros líderes. Cómo es que puede haber tanto conocimiento de la Biblia y tan poca sabiduría, tan poca penetración moral, es uno de los enigmas del mundo religioso de hoy. Creo que es bien exacto decir que nunca en la historia de la iglesia ha habido un tiempo en el que tantas personas estuvieran dedicadas al estudio bíblico como en la actualidad. Si el conocimiento de la doctrina bíblica fuera una garantía de piedad, esta época sería indudablemente conocida en la historia como la era de la santidad. En cambio, puede bien llegar a ser conocida como la era del cautiverio babilónico de la iglesia, o la edad de la mundanalidad, cuando la profesa Novia de Cristo permitió ser cortejada con éxito por los caídos hijos de los hombres en grandes números. El cuerpo de creyentes evangélicos, bajo malas influencias, se ha entregado al mundo, a lo largo de estos últimos 25 años, en una total y abyecta rendición, evitando sólo los pecados más groseros, como la borrachera y la promiscuidad sexual. 

El hecho de que esta menospreciable traición haya tenido lugar a plena luz del día, con el pleno consentimiento de nuestros maestros bíblicos y evangelistas, constituye uno de los asuntos más terribles en la historia espiritual del mundo. Pero me siento incapaz de creer que la gran rendición haya sido negociada por hombres de corazones perversos que se han lanzado deliberadamente a destruir la fe de nuestros padres. Muchos hombres buenos y de vida recta han colaborado con los traidores que nos han traicionado. ¿Por qué? La respuesta sólo puede ser esta: por falta de visión espiritual. Algo parecido a una neblina ha caído sobre la iglesia como "la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que cubre a todas las naciones" (Is 25:7). Un velo así descendió una vez sobre Israel: "Pero sus pensamientos se embotaron; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual desaparece en Cristo. Pero hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos" (2ª Cor 3:14-15) Esta fue la hora trágica de Israel. Dios suscitó a la iglesia, y temporalmente echó a un lado a su antiguo pueblo. No podía encomendar su obra a hombres ciegos. 

Ciertamente necesitamos un bautismo de clara visión si queremos escapar a la suerte de Israel (y de todo otro cuerpo religioso en la historia que dejó a Dios). Si no es la mayor necesidad, en todo caso una de las mayores, es el surgimiento de líderes cristianos con visión profética. Necesitamos desesperadamente hombres de visión cuya mirada pueda traspasar la niebla. A no ser que acudan pronto, será demasiado tarde para esta generación. Si de verdad acuden, indudablemente crucificaremos algunos en nombre de nuestra ortodoxia mundana. Pero la cruz es siempre el heraldo de la resurrección. 

Nuestra necesidad no es el mero evangelismo. El evangelismo no hace nada más que extender la religión, de la clase que sea. Gana la aceptación de la religión entre grandes cantidades de personas, sin dar demasiada atención a la calidad de aquella religión. La tragedia es que el evangelismo actual acepta la forma degenerada de cristianismo hoy corriente, como la misma religión de los apóstoles y se ocupa en hacer convertidos para sí, sin compromiso alguno. Y cada vez nos estamos alejando más de la pauta del Nuevo Testamento. 

Tenemos que tener una nueva reforma. Tiene que darse una ruptura violenta con esta pseudoreligión irresponsable, hedonista y paganizada que pasa en la actualidad por la fe de Cristo y está siendo esparcida por todo el mundo por hombres no espirituales, empleando métodos no escriturales para lograr sus fines. 

Cuando la iglesia de Roma apostató, Dios movió la Reforma, Cuando la Reforma declinó, Dios levantó a los moravos y a los Wesleys. Cuando estos movimientos comenzaron a morir, Dios suscitó el fundamentalismo y los grupos de "vida más profunda". 

Y ahora que éstos, casi sin excepción, se han vendido al mundo... ¿que vendrá a continuación?

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